El arte de protegerse es el poder silencioso que sostiene a la artista más influyente del mundo.
Las luces todavía no se han encendido, pero todos saben que la función va a comenzar. En el set improvisado del pódcast New Heights, un maletín verde menta descansa sobre la mesa. Ninguna palabra, ningún anuncio formal. Solo un objeto, cuidadosamente elegido, que cambiará la conversación mundial en cuestión de minutos.
Cuando Travis Kelce abre el maletín, la audiencia descubre el título del nuevo álbum de Taylor Swift: The Life of a Showgirl.
La escena dura apenas segundos, pero encierra lo que Swift ha perfeccionado como nadie: la coreografía simultánea del espectáculo y la estrategia legal. Bajo esa estética de misterio y glamour late un músculo invisible que sostiene su carrera desde hace más de una década: su imperio de propiedad intelectual.
Swift no solo lanza música. Construye universos.
Y detrás de cada universo hay una marca registrada.
El laboratorio secreto de las 400 marcas
En Nashville y Nueva York, dos equipos trabajan en sincronía con el reloj suizo que Swift ha convertido en método: abogados, estrategas, investigadores tecnológicos, especialistas en datos.
Su misión: proteger un ecosistema creativo que ya supera las 400 marcas registradas en más de 16 países.
Nombres de álbumes.
Tours.
Letras icónicas.
Aplicaciones móviles.
Cosméticos.
Artículos del hogar.
Frases que los fans corean en estadios.
Y hasta sus gatos —Meredith, Olivia y Benjamin— convertidos en activos legales con vida propia.
“Cada marca es una decisión estética, emocional y comercial”, explica un miembro de su equipo jurídico.
“Taylor no registra por registrar: registra para contar”.
Cuando la identidad también es negocio
La marca Taylor Swift está inscrita en varias jurisdicciones para usos que van mucho más allá de un simple nombre artístico.
Significa que Swift controla:
• cómo aparece su nombre en plataformas digitales,
• qué puede venderse con su firma,
• cómo se comunican sus proyectos,
• y qué se puede asociar (o no) con su imagen.
Mientras otras estrellas delegan su identidad comercial, ella la dirige.
“Taylor piensa como una creadora, pero también como una CEO”, resume un ejecutivo de la industria musical.
Álbumes protegidos, eras protegidas
Cuando Swift lanza un álbum, lanza también un sistema.
Registró:
• Reputation,
• 1989,
• Lover,
• Evermore,
• Midnights,
• Fearless (Taylor’s Version),
• y ahora The Life of a Showgirl y su sigla TLOAS.
Cada título es una puerta que conduce a productos, experiencias, narrativas digitales, giras, documentales.
“Un álbum es más grande que la música”, dijo Swift una vez. “Es una historia que quiero controlar”.
Palabras que son oro
“This sick beat.”
“Nice to meet you, where you been?”
“The old Taylor can’t come to the phone right now.”
Frases que comenzaron como versos ahora viven en registros de marca que permiten que aparezcan —solo con autorización— en camisetas, perfumes, aplicaciones, libros o videos interactivos.
Es una operación milimétrica:
lo que antes se escapaba al mercado informal ahora se convierte en valor oficial.
THE ERAS TOUR: el fenómeno legal que rompió récords
La gira más documentada, fotografiada y discutida del mundo es, además, uno de los proyectos de propiedad intelectual más robustos de la historia de la música.
Con The Eras Tour registrada como marca global, Swift controla desde el diseño de la mercancía hasta el uso de la marca en hoteles, plataformas, eventos paralelos y museos temporales.
El resultado: 440,8 millones de dólares en merchandising oficial.
Un promedio de 40 dólares por fan.
Una industria paralela construida —otra vez— sobre una marca blindada.
La batalla y la elección: el caso Evermore
En 2021, un parque temático en Utah llamado Evermore Park demandó a Swift por presunta confusión con su álbum Evermore.
Ella contraatacó señalando que el parque usaba su música sin licencia.
El caso se cerró amistosamente.
Pero dejó un mensaje claro a la industria:
incluso frente al conflicto, Taylor defiende su marca con velocidad, firmeza y estrategia quirúrgica.
Fuente: OMPI (Leticia Caminero)
Taylor´s version: cuando una marca se convierte en revolución
El episodio que redefinió a una generación fue su decisión de regrabar sus primeros álbumes para recuperar control sobre sus masters perdidos.
Pero el secreto de la estrategia estaba en los registros:
cada reedición venía acompañada de marcas nuevas.
Fearless (Taylor’s Version).
Red (Taylor’s Version).
Speak Now (Taylor’s Version).
Swift transformó lo que parecía una desventaja en uno de los movimientos más brillantes de la industria cultural moderna.
Fans, plataformas y tiendas entendieron exactamente qué versión debían apoyar.
Las leyes de marcas hicieron el resto.
El final del ciclo: la recuperacion de orginales
En mayo de 2025, Swift recuperó oficialmente los derechos de sus seis primeros álbumes.
La historia que comenzó en 2019 con la venta de sus masters a Scooter Braun culminó con un triunfo que pocos artistas han alcanzado.
Lo que viene ahora no es necesidad, sino celebración: Reputation (Taylor’s Version) podría ser una edición conmemorativa, no una batalla jurídica.
Swift ganó.
Y lo hizo con pluma, micrófono… y marcas registradas.
El efefcto Swift en la industria global
Ejecutivos, discográficas, abogados y artistas emergentes coinciden en una cosa: Swift ha cambiado las reglas.
Hoy, artistas como Beyoncé, Billie Eilish o Rihanna gestionan su propiedad intelectual como si se tratara del corazón mismo de su carrera.
Porque lo es.
Una marca que es legado
En las oficinas de la OMPI, los expedientes de Swift se extienden por jurisdicciones tan diversas como Japón, Australia, Canadá y la Unión Europea.
Cada registro cuenta una historia.
Cada registro protege un pedazo de su identidad.
Swift ha construido mucho más que una carrera musical.
Ha construido un ecosistema autosuficiente, donde la creatividad y la estrategia se entrelazan con la naturalidad de quien entiende que el arte no se hereda: se protege.
En un mundo donde miles de artistas pierden sus derechos, Taylor Swift ha demostrado que la propiedad intelectual no es un trámite.
Es poder.
Es libertad.
Y es, sobre todo, el acto más alto de amor por la propia obra
¿Quieres un ejemplo para comparar?
Aqui te adjunto las que se conocen de Beyoncé
- Parkwood Entertainment — su empresa de gestión, producción y entretenimiento.
- Ivy Park — línea de ropa deportiva / athleisure.
- Cécred — marca de cuidado capilar lanzada en 2024.
- House of Deréon — su anterior marca de ropa con su madre.
- SirDavis — marca de whiskey (según fuentes).
- Ce Noir — perfume.
Además, aparece en inversiones: por ejemplo, tiene participación a través de “Celebrity Companies” en eGenesis, una empresa de biotecnología.









